Capitulo 42 ♥

Cuenta Paula: cuando sentí esa voz me solté bruscamente de esa persona

Paula: ¿Me podes soltar Martin?

Martin: sabía que te iba a encontrar sola Paulita

Paula: no estoy sola

Martin: ¿y donde está el idiota de tu marido?

Paula: está por llegar y no le digas idiota. ¿Porque seguís molestando?
Martin: Para que te des cuenta que ese tipo no es para vos.
Paula: ¿Y vos si no? (Irónica)
Martin: Obvio somos de la misma clase.
Paula: Te recuerdo que fuiste vos quien me puso los cuernos con un gato.
Martin: Los hombres tenemos necesidades.
Paula: No me vengas con esa estupidez.

Martin: vos no te quedaste atrás, conmigo te hiciste la puritana y te revolcaste con el primero que paso

Paula: no me revolqué hice el amor, con la persona que amo, cosa que con vos nunca iba a pasar

Martin: no me faltes el respeto Paula,

Paula: no te lo estoy faltando, vos te acostabas con una diferente todas las noches, y yo ni loca le iba entregar mi cuerpo a alguien que no me respeto

Martin: ¿y Pedro si?

Paula: el me respeto desde el momento que lo conocí y me cuido y amo como nadie

Martin: y te hizo un hijo

Paula: Decisión nuestra tener un hijo. (Mintiendo)

Martin: sé muy bien que te acostaste con un tipo que se iba a casar, ¿y queres saber algo más? (tomándome fuerte  del brazo)

Paula: Soltame que me estas lastimando

Martin: yo me lleve a tu hija y la deje en la puerta del orfanato

Pedro: ¿Que dijiste infeliz? (Interrumpiendo la charla)
Paula: Soltame idiota. (Soltándome)

Pedro: te pregunte que dijiste (agarrándolo del cuello)

Martin: que yo mismo me deshice de la bastarda y la deje en la puerta del orfanato,  después de que el padre de Paula me pago muy bien para que la tire  a la basura.

Lo que  nunca me imagine es que ustedes la iban a encontrar sino hubiera cumplido la orden que me dieron

Pedro: Sos un infeliz te voy a matar. (Furioso apretándole el cuello)

Paula: amor déjalo (abrazándolo por la espada)

Pedro: Soltame Paula, que lo voy a matar

Martin: ¿vos y cuantos más?, cagón

Pedro: No necesito de nadie para darte tu merecido desgraciado. (Pegándole dos piñas cayendo al piso)

Pedro comenzó a pegarle cada vez más fuerte, en un momento Martin se quiso defender pero no lo logro

Pedro: ¿asi que vos te llevaste a mi hija?, te salió mal el juego

Paula: amor déjalo que lo  vas a matar (llorando)

Pedro: vas a pagar por el sufrimiento de Paula (apretándole con fuerza el cuello)

Paula: amor déjalo lo vas a matar

En ese momento Pedro lo tomo de la camisa y lo llevo hacia afuera del boliche, tirándolo asi todo lastimado a la calle

Pedro: estas advertido, te acercas de nuevo a Paula y te mato

Después de Pedro termino con Martin le dije….

Paula: amor, ¿por qué mejor nos vamos?

Pedro: ni loco me vine a divertir y es lo que voy hacer

Paula: pero estas lleno de sangre

Pedro: Tranquila, vamos al baño asi me lavo un poco

Mientras nos dirigíamos al baño se acercaron Carla y Ramiro hasta nosotros

Carla: ¿Pero que les paso?

Pedro: que se olvidaron de sacar la basura pero ya la  saque

Ramiro: ¿estás bien Pedro?

Pedro: Si estoy bien solo voy a lavarme, ¿se quedan con Pau por favor?

Carla: si anda tranquilo, acompáñalo amor

Ramiro: si  (yéndose)

Carla: ¿estás bien Paula?

Paula: si gracias

Carla: ¿pero qué paso?

Paula: apareció mi ex,  y confeso algo que nos hizo a mí y a Pedro

Carla: ¿Pero que les hizo?

Paula: nos robo a nuestra hija cuando nació y la dejo en la puerta de un orfanato

Carla: que horror, por suerte la recuperaron

En ese momento Pedro volvió del baño y me dijo…

Pedro: bueno vamos a bailar que vinimos a divertirnos

Paula: si mi amor

Estuvimos bailando los diferentes ritmos que pasaban, Pedro estaba prendido fuego.

En un momento pusieron reaggeton  y comenzamos a bailar muy pegados

Pedro: amor, ¿vamos a sentarnos un rato?

Paula: dale

Cuando llegamos a los sillones Pedro me sentó en sus piernas mientras me besaba el cuello

Paula: amor, ¿por qué no esperas a que lleguemos?

Pedro: es que no me resisto

Paula: Dale Pedro aguanta un ratito, en la habitación te recompenso con creces (hablándole sensualmente al oído)

Pedro: ok te tomo la palabra, te aviso que no te voy a dejar dormir (mirándome pícaro)

Paula: Pedro no te desubiques (riendo)

Pedro: es lo que voy hacer cuando lleguemos, desubicarme

Paula: Me encantaría. (Hablándole sensual cerca de la boca)
Pedro: Vas a pasar la mejor noche desde que estás conmigo. (Acariciando mi espalda desnuda)
Paula: Te tomo la palabra Alfonso espero que no me defraudes. (Cada vez más cerca)
Pedro: No te vas a arrepentir Chaves. (Besándome apasionadamente mientras me acariciaba)

Paula: para nada,  (besándolo)

Después de un rato nos dirigimos al  hotel, y mientras estábamos en el ascensor Pedro comenzó a besarme y acariciarme con pasión.

Paula: amor espera a que lleguemos al dpto.

Pedro: no quiero (parando el ascensor)

Paula: amor, ¿que haces? (riendo)

Pedro: nunca tuviste una fantasía en un ascensor

Paula: ¿estás loco?

Pedro: si de amor por vos (besándome y levantando la tela de mi vestido)

En ese momento me subí sobre el tipo koala mientras le desabrochaba la camisa, y le besaba el pecho

Estábamos  prendidos fuego, la idea del ascensor me encantaba, pero al mismo tiempo me daba vergüenza

Asi que le dije a Pedro….

Paula: amor para (tratando de que me suelte)

Pedro: ¿qué pasa? (molesto)

Paula: sigamos en el cuarto mejor (apretando el botón para que el ascensor siga)

Cuando llegamos al piso de nuestra habitación salimos a los besos del ascensor.

En el camino casi rompemos un jarrón que estaba apoyado en una mesa del pasillo...

Paula: amor déjame abrir la puerta, (mientras me besaba el cuello)

Pedro: Apúrate gorda no aguanto más. (Besando mi espalda y mi nuca)
Paula: Un segundo Pedro, Soltame.
Pedro: Está bien pero apúrate. (Soltándome mientras abría la puerta)
Entramos dentro de la habitación y caímos en la cama, Pedro me besaba desesperadamente acariciándome todo el cuerpo.
Mis manos se mueven con febril desesperación, arrancando uno a uno los botones que cierran su camisa, buscando tocar, acariciar su abdomen de mármol, sentir piel a piel el calor del fuego extendiéndose por la habitación en penumbra.
Pedro: Sos mía. (Mientras con suma delicadeza bajaba el cierre de mi vestido)
Paula: Siempre. Te amo. (Dejándome amar por mi hombre)
Ya sin ninguna prenda que estorbara nos entregamos al fuego de la pasión y el amor, Pedro me hacía sentir en las nubes cada vez que estábamos juntos y como lo habia prometido me amó como nunca hasta el amanecer. Caímos rendidos entregándonos al dios del sueño abrazados.

Al otro día….

 

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